PERFUME DE LIMONES
Cada cosa que pasa es historia,
Escribir en la vieja máquina, no.
A mí me llama el viento de la madrugada.
de todas las madrugadas,
porque siempre sopla.
Bulle a lo lejos, atrás, donde hay montañas que imagino
y escribo alguna cosa.
Hoy en la Boca se quemó un conventillo.
No hubo víctimas.
En una pieza dormían los niños y alguien los sacó.
No será historia, tampoco.
Hubo un vuelco en plaza Francia.
El conductor ha muerto.
Y el presidente
olvidó el Padrenuestro.
No es nada.
Sólo que nos salven.
Que alguien nos salve de las aves de rapiña
Tenemos los fragantes limones todavía.
El nácar de las flores y los frutos
Vagará su aroma por las calles de tierra
en Tucumán.
¿Irán limones hacia el norte?
No sé si harán historia..
(Siempre hay alguna)
© clelia bercovich
Realidad atenuada con bellas palabras.
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ResponderEliminarTenemos que salvarnos, como sea, querida Clelia. Tu poema es una maravilla.
Beso grande,
Alicia Márquez
La poesía como barricada, como alerta de que estamos vivos! Felicitaciones, Clelia!!
ResponderEliminarMe encantó!!
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