Sapito
Los niños juegan en la orilla.
Buscan la piedra fabulosa
liviana y plana
la mejor estrategia al arrojarla
un sablazo horizontal
los ojos enumerando los rebotes
contra las callosidades del agua.
A veces me hundo
sin acrobacia ni trayectoria
soy un disparo mineral en el olvido
aunque prefiero
ser la mano en el aire
la que sigue intentando.
© Claudia Tejeda
Maestra! Beso.
ResponderEliminarClaudia:
ResponderEliminarMuy bello tu poema! Es maravilloso como de un hecho cotidiano lográs una poética tan profunda y con versos que emocionan. Felicitaciones! Abrazo grande.
¡ Mi Dios!! cuánta belleza en la simplicidad significativa!! susana zazzetti
ResponderEliminarClaudia querida
ResponderEliminarSiempre que te leo, tengo la mágica sensación de viajar a mi propia infancia, pero con los ojos ya maduros.
Tus propia mirada es un racconto viajero que va desde tu memoria hacia la historia de cualquier niño del aire.
Susana Giraudo
Querida Claudia, belleza y sabiduría en la aparente simpleza de este poema. Me encanta el juego entre la primera y la segunda parte, esa forma de ser una misma la piedra con distintas opciones ante un posible naufragio.
ResponderEliminarUn abrazo
Juany Rojas
Muy bueno. Gracias. Un abrazo. Adriana Maggio (Dirbi)
ResponderEliminarSos una maestra de todas las temáticas. Te admiro. Griselda Rulfo
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