Esquinas esquivas
Agua de sueño vapor
la plaza
Arrojado
el único trébol de cuatro hojas
en la ciudad hundida
y todo el calor de enero condesado allí
hirviendo
hojas
hamacas
charcos
durante suertes y confines
que el hombre de la esquina quiere imaginar.
Es humo traspasando siestas
y el trébol de cuatro hojas
se contrae
hasta la sed
del hombre de la esquina
que tampoco quiere extinguirse
desde humedades verdes
tan verdes las supersticiones
esperanza/ fe /amor /suerte
cuatro enigmas desheredados
también sus estaciones
su calle
mirando pasar a todos
que lo miran
solitario
de cuarta hoja
rareza
que los que pasan
uno de cada diez mil
se sobreviven.
¿Dónde está el gen recesivo
en los hombres de las esquinas?
Si la ciudad ya no huele
¿Cómo mutarán los días?
Se sabe que las vainas han dejado
agridulce
sobre los zapatos embarrados.
Entonces
habrá que no dormirse
durante las noches aterciopeladas
de padre, madre y crío
no sea cosa que venga el viento otra vez
a terminar de modorrar la ciudad
y saquee
los ápices
de la plaza
de la esquina
de las panzas
y se lleve
la célula
de la memoria.
No darle de comer
al viento
antes de que
vuelen
tréboles
veredas
los hilos de las costuras malhechas
las
sobras de los platos
los
dientes de leche
las
almohadas desplumadas
los con
dueños
los sin
remedio
tan antes
perpetuamente
antes
habrá que acaramelar
los limbos
de las esquinas olvidadas
y a los hombres
que la habitan.
© Aly Corrado Mélin
No hay comentarios:
Publicar un comentario