El silencio
Yahvé miró a Abel y su ofrenda; pero no
miró a Caín y su ofrenda – Génesis IV-4-5
es el cero de las palabras
contiene todos los engaños
y las sospechas
ave rapaz que va a nacer
y prepara
su mejor pluma
asechanza en veredas solas
filo de la lengua
inquietante
como un dolor que busca dueño
como una piedra en el aire
territorio en guerra
que no se declara
desamor
que no se dice
dios cometió el primer silencio
y abrió la boca del infierno
que no tiene garganta.
© Adriana Maggio
Gran verdad...Quien calla otorga, dicen...Muy bueno.
ResponderEliminarVale!
ResponderEliminarExcelente poema con un gran verso final. La palabra "garganta" sugiere "grito". Un fuerte abrazo Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarme impresionó su fuerza! bello. susana zazzetti
ResponderEliminarImpecable!!
ResponderEliminarCoincido con Isabel.
ResponderEliminarImpecable poema.
Abrazos
Elisabet
Excelente, Dibi!
ResponderEliminarMuy bueno.
ResponderEliminarPotente intenso. Un gran poema!
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