Simulacros
En el preciso instante en que la puerta
soltó su aldaba
para abrirse a la historia,
se tejieron un sinfín de telarañas
y fronteras.
No alcanzó el plumaje.
Los días fueron ácidos delirios,
simulacros,
pasarelas al abismo.
Un eterno migrar hacia la muerte.
Rehén de un alevoso centinela
que redacta su juicio final
cuando nacemos.
© Gabriela Delgado
BELLEZA EN UN POEMA TREMENDO. Posiblemente el principio sea el final y la vida un proceso que es un constante juicio que termina con uno. Un abrazo Isabel llorca bosco
ResponderEliminardesde el momento que nacemos... me encantó tu poema.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Wow: Poemazo!
ResponderEliminarAbrazo!
Tere Vaccaro
Si Gabriela, desde el mismo nacimiento el juez dictó sentencia, sólo falta saber la fecha en que se cumpla. Gran poema.
ResponderEliminarTerriblemente cierto. Bello poema
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