Encadenado al mástil de la plaza
el hombre desborda desolación
sus manos secas descascaran fracasos
los pies descalzos no hacen sombra
y una plegaria anuncia rodillas sin pan.
El hambre de saberse despedido
asoma en la mirada de sus hijos
su mujer preñada de cansancio
lava el sudor de la huelga
Él resiste
encadenado
al mástil de la plaza.
© Silvina Anguinetti
Bienvenida Silvina a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicada. Abz, Gus.
ResponderEliminarMuchas Gracias Gustavo!!!! Abrazo
ResponderEliminarBienvenida amiga a este mágico lugar de la poesía. Poema intenso y actual que impacta al lector. Griselda Rulfo
ResponderEliminarsi me asomo a la plaza, veo tu poema querida silvina: realidad incuestionable! abrazo! susna zazzetti
ResponderEliminarHola Silvina ! Tu poema calza tristemente y con fuerza a esta realidad en que estamos sometidos. Hermoso poder meterse en la piel del semejante que puede ser cualquiera de nosotros. Gracias por tu compromiso !
ResponderEliminarBienvenida. Un fuerte abrazo!
Marta Rosa
La realidad más cruel retratada y convertida en belleza poética, Silvina.
ResponderEliminarFelicitaciones y un beso grande de bienvenida
María Rosa León
Muy buen poema que golpea con fuerza en la dura realidad que nos toca transitar.
ResponderEliminarExcelentes imágenes-
Un abrazo Ana Romano.
gracias a todos por sus comentarios y por la bienvenida. Hermoso espacio el de este blog!!!! maravilloso. Abrazo
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ResponderEliminarBienvenida Sil a esta casa de Gus y sus poetas contemporáneos. Da gusto recibir a quienes nos dejan un mensaje, a quienes nos hacen emocionar con su palabra.
Lily Chavez
Gracias Lily!!!!
ResponderEliminarBienvenida Silvina, bienvenido tu poema que toca los sentimientos.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Betty Badaui
Bienvenida Silvina! Un placer leerte por acá. Tu poema se hace carne. Es feroz la incertidumbre de un desocupado.
ResponderEliminarGracias por la profundidad y el respeto sobre este tema.
Abrazo!
Excelente
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