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17/3/18

Poema de María Marta Donnet



Ciruelas absortas de vivir

Era el tiempo de las ciruelas 
cuando te perdí 
en los laberintos del viento. 
Tu ángel de la guarda 
había atado tu nombre en el tobillo, 
y se fueron juntos. 
Durante un largo tiempo persistió 
tu resplandor. Pero perros de sucias almas 
lo robaron. 
Y ya no supe más de vos. 

Desde entonces juego todos los días 
con la muerte. Llega siempre puntual, 
disfrazada. Un traje diferente cada vez. 
Ella pretende tomar de rehén 
a mi alma. Ayer jugamos 
un ajedrez de fuego, 
hoy vamos a jugar a los espejismos solitarios 
para ver si la cara de Dios aparece. 
Para esta ocasión voy a usar el traje 
de tu ángel: el del día de las ciruelas. 

Al fin llega la muerte. Vestida de comunión. 
Viene a jugar. 
¿Quién sos?, me pregunta. 
Soy el ángel y te bendigo. Y luego 
le doy el sacramento. Ella comulga 
el solitario espejismo, y los disfraces 
también se creen la historia. Entonces 
la muerte se hace blanca y yo 
vuelo. Vuelo. 

Con mis alas nuevas ato tu nombre 
en el tobillo. 


© María Marta Donnet

8 comentarios:

  1. Cuando la ausencia revive los momentos desespera el sentimiento, vuela. Difícil existencia. Fuerte impacto.

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  2. Carmen Barrionuevo17 de marzo de 2018, 22:45

    bello y sentido poema...

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  3. Tu poema es una belleza. Me sonó a parábola, a empeño de vida después de la muerte. Un abrazo. Adriana Maggio (Dirbi)

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  4. MARÍA MARTA, TU POEMA ES HERMOSÍSIMO, TIENE SENTIMIENTO, LEYENDA, JUEGO, VERDAD. Un beso Isabel Llorca Bosco

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  5. María Martha es un poema que conmueve y deja abiertas muchas preguntas. Gracias
    Maju

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  6. David Sorbille dijo...
    Querida María, admiro tu poesia, tu manera de enfocar los temas y darles tanta hondura! Un abrazo

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