RENDICIÓN
Ante Maira
Me tiendes el cerco de tus dientes,
Me invades de su luz marfilina;
Sonríes…
Me sitias de tu música,
Vibra en mi adentro tu voz prístina
(asertiva)
Que sé única
(y
prima)
Me rindo:
¡Escucho y obedezco!
© Walter Mondragón
La ilustración y el poema, tan precisos y bellamente sugeridos. te felicito Walter, un gusto haberlo leído.
ResponderEliminarSaludos
Betty
Excelente.Saludos
ResponderEliminarAnahi Duzevich Bezoz