Paisaje anónimo
El sol es una astilla blanca
en el principio del día.
Un borbotón de sangre amarilla
circula por las venas del asombro.
Su luz encuadra la pared
del paisaje suntuoso del norte,
ilumina el color terroso del sur
y asciende como un deseo.
Trepida en la sonrisa infantil
y alumbra con su rayo perverso
la palidez del cadáver.
Cuadro anónimo
olvidado al pie de un terraplén
mientras el viento zumba
entre rieles inhóspitos y trenes
que corren presurosos hacia el vacío.
© Beatriz Minichillo
QUE BELLAS IMÁGENES Y QUE FINAL.
ResponderEliminarME ENCANTÓ!!! UN PLACER LEERTE
Gracias Monica
ResponderEliminarEXCELENTE POEMA EN IMÁGENES Y SONIDO. Un beso
ResponderEliminarIsabel Llorca Bosco