Catanzaro
Me esperabas
Abuela
Me mirabas
haciéndome saber
que cualquier camino arduo
encontraría en tus ojos
un sendero de muñecas.
Yo
cabía en el hueco de tu mano.
Eso extraño
cuando el ansia
es de andar por la calle
de ese modo.
Ahora
tus ojos
son ventanas cerradas
que reposan.
Yo descanso.
No se pierde
lo
que siempre se tuvo.
© María Lanese
María!! cuánta ternura dejó en ti esa abuela!!Cómo se aman a ellas. cuando estuvieron siempre acompañando!!
ResponderEliminarHermoso poema que realza el recuerdo de la abuela.
ResponderEliminarAbrazo grande Ana Romano.