La puerta abierta de la cocina/ el sol a mitad del comedor/
los mosquitos y moscas/ / los pies descalzos a la mañana y
mi despertar taciturno
(con tanto ruido que trae)
una falsa alegría
el verano dura más que el invierno/ más que la primavera/ se
prolonga
el candombe, la batucada, el festival
hasta diluirse en la esquina
Si ahora todo es expansión cuando venga el frío
hablaré en voz baja
el otoño no empieza pero las hojas del sauce ya caen/ cuánto
agobio en las mujeres y las escobas por limpiar la naturaleza/
es imperdonable esa enjundia
tantas horas perdidas
si los árboles sólo hacen lo que tienen que hacer
cuando venga el frío dejaré descongelar la heladera
y sacaré las botellas de cerveza
limpiaré los vidrios empañados del otro lado del día
y como todos los domingos del año
prestaré más atención
a la tristeza de las cosas
© Inés Legarreta
ResponderEliminarLa melancolía inunda este magnífico poema.
Un abrazo,
Alicia Márquez
interesante poema
ResponderEliminarGracias, Alicia y Gladys, por sus comentarios. Abrazo, Inés
ResponderEliminarBELLO!
ResponderEliminarFloralevi
Precioso poema. Gracias. Y que dure el verano!!
ResponderEliminarGracias, y abrazo, amigos! Inés.
ResponderEliminarA medida que se lee cada verso, puede uno verlos suceder. Hermoso poema Inés querida. Gran abrazo.
ResponderEliminarTana Pasquini
Falso el llamado a la alegría que impone el verano termina siendo triste como todo lo convencional La estación de la intimidad nos induce a pensar. Excelente poema.Un gran beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminar`
GRacias, amigos, por los comentarios. Abrazo, Inés.
ResponderEliminarLa nostalgia de las cosas. Esos momentos en que uno advierte cada cosa. Me encantó Inés!!
ResponderEliminarCada estación se lleva su esplendor y nos deja
ResponderEliminarla inevitable nostalgia, ese gusto imposible de identificar, que llamamos gusto a tiempo que no vuelve.
Un poema contemplativo y bello.
Susana Giraudo