Casa habitada
Hay un eco de pantuflas sobre el piso.
Hablamos en voz baja como si cuidáramos algún sueňo.
Hace apenas un instante se fueron los hijos con sus hijos.
Ese ruido festivo de alto impacto.
Todo vuelve a su lugar en un dos por tres.
Cierro las persianas.
Apago la última lámpara.
Y sin embargo la casa
está inundada de luz.
© Claudia Tejeda
Esa atmósfera creada para impactar con un remate genial y emotivo¡¡¡buenísimo Claudia
ResponderEliminarSonia Rabinovich
Así es. La tranquilidad después del desorden amoroso familiar. Abrazo, Inés.
ResponderEliminarHermoso lo que transmite ese instante plasmado.
ResponderEliminarAbrazo Claudia
ResponderEliminarBello hasta la lágrima, Claudia.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Muy lindo
ResponderEliminarluminosa es tu poesía como tu andar por el mundo Claudia Tejeda! Salud, admirada poeta
ResponderEliminarRaúl Feroglio
Bello poema, es así como queda la casa, com bochinche de luz.
ResponderEliminarabrazo
Elisabet
HERMOSO, CLAUDIA, LOS HIJOS QUE HABITAN EN LA LUZ. LA LUZ QUE SE HACE PROPIA. SUSANA ZAZZETTI.
ResponderEliminarHermoso ambiente creado por palabras tan ssimples. me gustó mucho
ResponderEliminarsusana rozas
Hermoso, Claudia! Abrazo
ResponderEliminarAsi es la unidad de los afectos, el bullicio, el estar el uno con el otro nos ilumina.La sencillez y la profundidad de toda tu obra, no solo de esta poesia,es como un cantaro de agua fresca que nos trae el viento....
ResponderEliminarCIERTAMENTE CLAUDIA ES ASÍ HERMOSO TU REFLEJO EN EL POEMA
ResponderEliminarClaudia, ya desde el comienzo este poema atrapa y en su recorrido se llega a un final pleno de luz y amor, siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarAbrazos
Betty
Qué bonito, Claudia! Precioso!
ResponderEliminarAbrazos,
Marta Rosa
bello, tierno tan vivido, gracias poeta!
ResponderEliminarHermoso poema, lleno de luz y momentos imborrables. Abrazos.
ResponderEliminarRosa Lía
GUAUUUU!!! que maravilla!!!! sin palabras quedo ante tanto!!! me encantó!!! gracias por compartirlo, un beso enorme, francisco
ResponderEliminarComo siempre digo cuando algo me admira: ¡ay madre superiora! vos sos la luz. Genia. Griselda Rulfo
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