Noche cerrada
Que muera la tarde
hasta sus últimas instancias,
que naufrague
en el río subterráneo,
que se estremezca
en sus profundidades
y aborte su grito interno.
Siempre habrá una mirada niña
que la convoque.
Un hálito venido
no se sabe de dónde
Una primavera que apure sus brotes.
Un dios desconocido
al cual rezarle.
Una estrella y un sol
al promediar el día.
El estallido de una sonrisa
y un dolor que huya
de su propio espanto
para respirarnos al oído.
© Beatriz Minichillo
´HERMOSO CANTO DE ESPERANZA
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