La quebrada
Partida al medio
caminé por los valles.
El amor ha sido el guía
que me dejó descalza.
Me separé, le dije a la montaña.
Y ella contestó: Viene bajando
un arroyo de consuelo
para la quebrada.
Bebí el agua,
desaté mis trenzas,
mojé mi pelo y pechos
y fui olvidando a aquel minero
extraviado en los pozos de San Juan.
Y dijeron las cumbres:
Ahogue su amor en el agua
y espere. El arroyo que se seca
deja un surco suave.
Y yo le dije:
Esa historia es un carbón
que nadie llegará a encontrar
excavando de noche.
© Tom Maver
la belleza expresiva en una narrativa emocional, donde los versos en diálogo directo asoman entre la naturaleza. susana zazzetti.
ResponderEliminarPoema narrativo que cierra maravillosamente. Abrazo, Inés
ResponderEliminarHola Tom: poema de gran fuerza, lo interpreté de dos maneras:
ResponderEliminar1) identificación con la quebrada y personificación de la misma. La Pachamama
2) narración de una antigua y mítica historia de amor
Lirismo que fluye de la tierra en este magnífico poema. Lo disfruté mucho Irene Marks