DUDA
Ahora que la palabra nos ha sido vedada
y la luz de tus ojos se eclipsó en mis jardines
ahora que ya no puedo tomarte de la mano
ni besar en tu boca el oleaje imprevisto
yo tengo estas preguntas que carcomen el alma
y un muro de palomas expanden como un eco
¿Seguirás siendo mío?
¿Recordarás mi nombre y me echarás de menos?
¿Querrás verme de nuevo o en este domicilio
donde los leños no arden mi huella se ha extinguido?
Tal vez la sombra hastiada que entrevere a tu sombra
no será ni la sombra de lo que un día fuimos.
© Olga Liliana Reinoso
Oh, que bello y conmovedor este poema. Perfecto en su factura y contenido.Es la ausencia, la pérdida, el duelo llevado al corazón del lector.
ResponderEliminarUn abrazo
Juany Rojas
El eco deambula por tu dolido corazón, tristes y hermosas imagenes en tu poema.
ResponderEliminarGladis moine
El lenguaje coloquial transparenta toda la emoción y no le quita belleza. Abrazo!
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ResponderEliminarTriste como todo amor que se apaga o que se va. Triste como el corazón que no quiere y que también quiere. Triste y quizás esperanzado.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Hola Olga:
ResponderEliminarDolor y nostalgia que llegan muy hondo, dichos con profundo lirismo, desde un momento triste "donde los leños no arden". El final, con ese juego con la palabra "sombra", es una referencia a la fugacidad de las grandes pasiones.
Excelente Irene Marks
Bello poema.gusto leerlo.Saludos. Anahi D.Bezoz
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