Tantas vueltas di en mi vida
con mi vida
Halagada/ golpeada culpable/ inocente
Creí en tantas cosas
me creí tantas otras
Amé, reí, lloré
hasta que por fin
te encontré
Y ahora?
Cómo nombrar esta maravillosa mezcla
de locura, santidad y perjurio
que me inunda el alma
la atormenta
la ilumina
la tortura
y la obliga
a decir tu nombre
© Ignacio Giancaspro
ayyy, ignacito ¡ cuántas ternura y belleza en este encuentro!! repito lo ya dicho: sos poetísimo! te quiero,poeta. susana zazzetti.
ResponderEliminarQUERIDO IGNACIO, QUERIDO GUS: CUÁNTA EMOCIÓN AL VER ESTE POEMA, QUE MUESTRA UN CARIÑO AUTÉNTICO Y SENCILLO, NO EXENTO DE SUTILEZA Y NOS HABLA DEL MISTERIO DEL AMOR.
ResponderEliminarLOS QUIERO IRENE MARKS
MARAVILLOSO!!! NO PODER NOMBRAR EL AMOR! ESE ES ELLLL LÍMITE DE LA PALABRA. LA INMENSIDAD DE QUE NO ALCANZA CON NOMBRARSE.
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ResponderEliminarBellísimo poema. Absolutamente vívido y encantador. Locura, santidad y perjurio. Así es. Y por suerte podés escribirlo.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Me gusta ese reconocimiento de lo pasional e intenso.
ResponderEliminarsaludos!
Transmitís tanto...
ResponderEliminarGracias poeta
abrazo!
Muy bello, Ignacio. Felicidades
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