se
perfecciona la vieja herida
junto a un
rencor abierto
a la
culminación grita
aúlla con
la voz única
hiere
la calma
que
antecede la tormenta
porque el
dolor se estruja
con
silencios marchitos
las viejas
costumbres
guardianas
precavidas
velan por
no provocar los derrumbes
y quedan
las nervaduras
en la
vorágine del desamparo
© Gladys
Cepeda
Muchisimas gracias un honor estar en tu hermosa publicación !gracias amigo Gustavo !!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEse dolor que sigue ahí, en la nervadura.
ResponderEliminar!Muy bueno!
Besossssss
Gladys, tremendo poema, con las nervaduras a la intemperie!! Muy bueno!
ResponderEliminarAbrazos!
Mil gracias Noemi y Monica un cariño enorme para uds
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