La búsqueda de la sombra
Siento en mis pies
el tablero irregular de la vereda.
Nervaduras que relucen,
signos de la intemperie hechos para mí.
Allí están los sueños rotos y mi patria verbal.
En el paisaje sin nombre
me veo como la mujer sin sombra:
no puedo parir.
¿Cómo deshacerse en escritura
en esta tierra de nadie?
© Estela Barrenechea
ResponderEliminarDoloroso y actual poema, Estela. Me dolió en el alma.
Un abrazo grande,
Alicia Márquez
Estela, esa vereda que la mujer pasa y abandona, no hay duda, es el mapa interno y personal del que está acostumbrado al dolor.
ResponderEliminarBello, quema por dentro. Beso grande. Graqcias.
Muy bueno! Entre la vereda rota que impide caminar y la mujer que no tiene sombra en la palabra están los pasos perdidos. Abrazo! Inés.
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