Poema de Diego Bennett

Sapismos de pozo ajeno

Salí del pozo sapo

Saltá

Salpicá el vasito de plástico el de mermelada

La noche y el vino riega el cristal y la bohemia talla

Salto de pozo en pozo

Rozo la falda de la culpa y no encajo

Me sobran las mañanas

Me faltan los encastrados bailes los flasheos los te llamé con el pensamiento

Sobran señales de sincrónicos atajos a la muerte

Se despedazan las ganas de tener faros en la niebla

La duda es el combustible

La nafta es la leche tibia en los cuadernos en las teclas como si fueran simbólicos

los versos sinfónicos predictivo invento.

Me caigo del pozo no entro me hundo y no hay otro igual a mi ni a mi pozo

mi gozo salvaje al estar ahí adentro.

Tengo un nudo atado a la boca del estómago que me invita a saltar.

Salí del pozo sapo

Saltá

la ruta está llena de huecos más viejos para conseguir ser huésped ser aliento de

cueva ancestral

nidos cancerianos de ronda

de pertenencia pero no,

no ĺa vibro no me entrego me quedo en mi viejo pozo a menos que una ola me lleve

a otro cuento

Soy sapo en ninguno de los agujeros y en todos me repelen los colchones del

cómodo frasco de contención el fracasado cielo de nubes sedosas de ideas

esclerosadas.

Salí y salta del borde donde te paraste a mirar hacia atrás sin sacarle las pestañas

al frente de batalla, dejá de hacerte el que se hace el tonto, el que quiere hundirse

bien profundo

en ese embudo caliente de hipocresía.

Saltá no dejes de saltar

Sapito verrugoso sapito extranjero sapito de pozo ajeno.

© Diego Bennett