La estación
de la aventura
la casa en
el oeste de tierra
las zanjas
llenas de sapos
los
tablones navegando
a la deriva
del tiempo
el olor a
pan casero
mezclado
con el de hinojo
y un tren
que avanza
llevando en sus vagones
la
inocencia atrapada
en el
bombardeo al alma
de las
tinieblas del 55’
© David
Sorbille
ResponderEliminarAy este poema, este dolor, esta tristeza, esta injusticia.
Un abrazo.
Alicia Márquez
David:
ResponderEliminarplacer leerte!
Abrazo.
Tere Vaccaro
Qué bueno, David. Imágenes poéticas de la inocencia lacerada. Muy bien logrado el contraste entre la mirada ingenua del niño y el horror perpetrado por los grandes. Me hiciste acordar a la partida de mi papá, que se iba "a la guerra", a acuartelar a Campo de Mayo, mientras los aviones bombardeaban las calles y mi mamá terminaba de preparar arroz con huevo: imborrable en mi dolor. Nos queda la poesía. Un beso grande y muchas felicidades. Adriana Maggio (Dirbi)
ResponderEliminarTriste y bello. Bello y triste!
ResponderEliminarBesosssssssss
Me recuerda La Casa de Matriona, la estación del tren y sus carencias.
ResponderEliminarHermoso.
Me recuerda La Casa de Matriona, la estación del tren y sus carencias.
ResponderEliminarHermoso.
David Sorbille dijo...
ResponderEliminarMuchas gracias, querido Gustavo, por la publicación de este poema tan especial de mi infancia. Un abrazo
David Sorbille dijo...
ResponderEliminarMuy agradecido por vuestras opiniones sobre un recuerdo que parece muy lejano y sin embargo aún retengo de aquella tragedia de la historia cuando tenía 5 años. Los abrazo
Se siente le nostalgia con algo de tristeza y las imágenes tienen pureza de sentires vividos.
ResponderEliminarUn poema que llega y se queda, felicitaciones David.
Abrazos
Betty
triste, bella e increíble imagen lograda con palabras de una gran crueldad. susana zazzetti.
ResponderEliminarHola David: qué poema, qué clima tan logrado al comienzo del poema, con "los sapos en los zanjones". Así era antes en el conourbano, con sapos y bichitos de luz. El final de ese tren que avanza es estremecedor y contundente. Dolor que ha marcado los corazones argentinos
ResponderEliminarUn grandísimo poema Irene Marks