Llueve
con la furia contenida del oprimido
y la certeza que no ahogará los miedos.
Un muro de agua
una espalda infranqueable.
De aquél lado una bendición
de éste otro una blasfemia
que llega hasta el cuello
de la desnudez.
El supremo evalúa los daños.
Lástima que su mirada
traza mapas donde no aparezco
Llueve.
© Cristina Gauta
Muy fuerte! Hermoso
ResponderEliminarCris, me gusta tu poética en general. Pero este poema, perfora con su desolación.
ResponderEliminarMuy bueno.
Abrazo
claudia
Cris, me gusta tu poética en general, pero este poema perfora de desolación.
ResponderEliminarMuy bueno.
Abrazo
claudia
Hola Cristina:¡"con la furia contenida del oprimido"!Qué imagen logradísima. Y los dos lados: bendición y blasfemia de un mismo hecho.Para releerlo mucho, un poema con mucha fuerza, con hallazgos constantes cada vez que se lo reinterpreta Irene Marks
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