Cada mañana desde donde está posada mi cabeza
mis ojos ven la luz que revienta
entre un racimo de buganvillas.
Es como el ojo de Dios mirando
desde el centro de día hasta mi cama.
La ventana con guirnaldas de flores rosas
es el regalo diario de la vida,
un nuevo despertar al mundo
que me recibe y dice:
estás
viva, da gracias.
© Carmen Amato
placer leer la frescura de tu poema. susana zazzetti
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