¿Cómo dejar de sucumbir
ante tu ala
amousseada de piel
cómo desencriptar
mi deseo de comer
instantes de tus sueños?.
Te vi
te percibí a palmos
de un fuego dulce
te olfateé
a escasos micrones de la luna
con tu luz sabor a París
con tu cruz de ardor penetrable
pariste tiovivos
de infancias sin tu aroma.
Y juntos
en esta inmortalidad
de muertes amatorias
me asesinas de fulgor
en la entrecasa cósmica
de tu merced.
© Adrián Terracciano
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