Poema de Leonor Mauvecin
EPÍLOGO
El cielo está desmadejado.
La tierra teje su manto de savia oscura.
El fuego brilla en el horizonte,
- parece un incendio en las sierras-
pienso.
Mientras el agua viva murmura algún
secreto que no sé descifrar
Aquí están tus ojos
aquí la noche, aquí el mogote
aquí mi corazón
y tú, y la última carta en la baraja .
© Leonor Mauvecin
entrada de Gustavo Tisocco a las
17:51
8 comentarios:
Hermoso Leonor, como siempre. Griselda Rulfo
tan categórico con su tono " que no sé descifrar" de tan intenso y bello. qué poema atrayente, leonor, como si fuera uno más de "almanaque" esa poesía reunida hora a hora, día a día, mes a mes, que me llena de belleza y congoja. abracito. susana zazzetti.
Bello paisaje emocional, Leonor. Y tus bichos maravillosos, siempre. Te mando un abrazo, Sandra
Bello poema con cielo, tierra, fuego y noche. Y algo indescifrable, como la carta de la baraja.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Gracias Susana y Griselda este poema es el epilogo de La casa del amor y de la muerte
Un poema que nos acerca la voz de la "dea natura" Un canto de luces y sombras, como la vida y su misterio. Muy bueno Leonor.
Elisa Dejistani
Hermoso poema, aún con ese cielo desmadejado. Abrazos
Rosa Lía
Esa soledad tan poblada de necesidades que todos hemos transitado y hoy leemos en tu poema...
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio