¿Dónde está el cordero para el holocausto?
Génesis
a cada retoño le correspondía su propio hormiguero
así que, con la pala en una mano
y una bolsa de gamexane en la otra
salías al campo bajo un sol abrasador
llevándome sobre los hombros
la verdad es
que todo aquél esfuerzo
a mí me parecía absurdo
y mucho más la distancia
que ponía entre nosotros
pero el bosque que plantamos
sigue ahí, todavía
© Gustavo Gottfried
si, gustavo. queda lo que das. lo que sembrás. y el nombre. bello tu poema. susana zazetti.
ResponderEliminarGracias, Susana
EliminarQué decir? Nada, solo sentir la fuerza en la palabra que valora.
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarHermoso poema Gustavo. Profundo !!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras.
EliminarLas cosas permanecen aunque se empeñen en derribarlas. Muy bello. Un abrazo Graciela Barbero
ResponderEliminarAsí es, Susana
Eliminar
ResponderEliminarA través de los tiempos tras la infancia, queda el recuerdo de algo simplemente grande. Muy hermoso.
Sin duda. Gracias.
EliminarHermoso poema de lo que vale la pena. "El bosque que plantamos sigue ahí, todavía"
ResponderEliminarUn saludo
Carmen Amato
Cariños, Carmen.
EliminarFelicitaciones Gustavo!! Me pareció excelente tu poema. En apariencia sencillo, desprovisto de un lenguaje cargado, pero tan sutil, tan sentido. Bellísimo.
ResponderEliminarVilma Sastre