en la almohada blanda corpuscular
adentro de la almohada
se nombra la sustancia
entre el cuerpo y la tela
blanda blanca la tela de la almohada de plumas
donde el pájaro canta (y no lo sabe)
hay el pájaro, la tela, el espacio intermedio
entre el cuerpo y la tela
donde cabe apenas un susurro
una microscópica lujuria
entre el tejido suave
(la música que calla en su interior)
© Ana Guillot
El almohadoncito de plumas, estrictamente personal acompaña cantos dormidos al son de la avecilla más íntima y suave. Poema de maravila, querida Äna.Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarMuy bella la idea poética alrededor de la cual gira todo el texto. Me gustó mucho. Es un texto muy inspirador. Un beso. Adriana Magio (Dirbi)
ResponderEliminarLa contramirada de Quiroga. El almohadón de plumas merecía tu poema, Ana.
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