Agosto maltrecho.
Lo único que la asustaba
era el viento
salvo ráfagas de un vaya a saber por qué
ella brillaba desde el oro
extraído de sus palmas
siempre abiertas.
¡Si supiera que en estos días
no sólo los fuertes aires climáticos
devastaron su lugar!
el que abrigó de lana y sepia
hasta la caricia áspera en ovillos secretos.
Hoy la casa está huérfana
de su perfume a jazmín.
El resto, muta en estaciones
porque yo también heredé temores
no de viento
sí, de quietud.
Su taza de té en escarcha alimonada
sus pañuelos en todos los bolsillos
¿Para qué? Si las lágrimas rumbeaban en otras texturas
Los tantos objetos, cosas, cositas, cosos
emparches para los
por las
dudas
ahora gobernando la inacción.
El jardín amenaza enmudecer
pétalos que huyen en cámara lenta
muy lenta
durante las noches en demolición.
Fotos guardadas con cerrojo
para que el ayer no ronde
pero esté presente en el vaho
de aromas y sinsabores.
Su lápiz labial furiosamente sangre
asoma la herida
de un agosto maltrecho.
Todo tapadito
bajo mantas
y mantras
tal vez su pacto para
que nadie
sufra
en un hoy golpeando acertijos.
Las campanadas del antiguo reloj
se detuvieron a las doce
mientras la respiración se despedía en fragmentos
por entre sus manos y las mías.
La ciudad sigue igual
como la casa
ahogada, de tanto mar
y de tanta ausencia
¿El viento?
La trae a veces
con la sonrisa mansa
parece que yá no la asusta.
© Alicia Corrado Mélin
ResponderEliminarTantas cosas guardadas y escondidas sirven para que se rebelen y salgan a recordarnos que de nada sirve esconder. Me encantó tu poema de esa casa huérfana de perfume a jazmín.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Gracias, Alice por tus palabras! Abrazo
ResponderEliminarBello poema Aly.
ResponderEliminarBello poema Aly.
ResponderEliminarBello poema Aly.
ResponderEliminarBello poema Aly.
ResponderEliminarAy, Dios mío, qué poema, Aly.
ResponderEliminarHermoso poema Alt, muy bello
ResponderEliminarBellísimo Aly
ResponderEliminarBellísimo Aly
ResponderEliminar"¿Para qué? si las lágrimas rumbean otras texturas...". Un verso lleno de certezas, de hermosura. Bravísimo ! Carlos Morteo
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