Nocturno
Se oye el silencio.
La luna vela.
Lejos, un tiro de metralla.
Y un vendaval de cuerpos mutilados.
Moléculas de estrellas
caen sobre el mar.
Disputo con mi sueño
y por fin, me duermo.
© Marta Zabaleta
Foto de Yanina Hinrichsen
Muchas gracias por pubicarnos hu ija y madre, querido Gus!. Abrazos
ResponderEliminarY así pasa, más allá del silencio hay dolor y hay que lidiar con el pensamiento para poder dormir.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Hola Marta: doloroso poema que revela experiencias también dolorosas y solidaridad con los que sufren la violencia del mundo. Propio de tu alma que vive para el otro. Lo sentí mucho.
ResponderEliminarTambién muy buena y a propósito la imagen de tu hija fotógrafa artística.Cuando lo onírico refleja la realidad. Un beso grande Irene Marks
Muchísismas gracias por tu enjundioso comentario,querida Irene Marks.Un fuerte abrazo desde el comienzo del inviero en el destierro, Marta
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