A Emil Cioran
Impío
sabía como hundirse
en el vértice más vulnerable
Dónde se escondía
la encendida palabra
que pudiera rescatarlo
Dónde transitaban
aquellos nombres
del abandono
No hay piedad
para los que esperan
No
Duelen
los que ya se han ido
y nunca sabremos
si descansan en la ceniza
o en alguna comarca de nuestro cuerpo
Nunca podremos acceder
al universo que se
fue con ellos
a la nota más aguda de ese pentagrama
o a la más grave de sus partituras
Sólo nos queda
una música lejana
“aciago demiurgo”
que anida en el azar de una mirada
o quizás
en la inocencia de un poema
nunca escrito
© Elisa Dejistani
TODOS TUS POEMAS ME ENRIQUECEN EL ALMA
ResponderEliminarQuerida Elisa: un gran poema sobre un gran filósofo, que nunca se demasiadas ilusiones:"No hay piedad para los que esperan", y con lucidez no ignoraba"los nombres del abandono". Maravilloso tu poema, misterioso también en su referencia al "azar de una mirada" donde "anida" lo que otros nos han dejado. Lo disfruté muchísimo. Un beso grande Irene Marks
ResponderEliminarUn poema que habla de la palabra sufriente, de aquella que no nos pertenece, de los que se fueron. Un poema para reflexionar! Un abrazo, Elisa. Amalia M. Abaria
ResponderEliminarHermoso poema lleno de sabiduría
ResponderEliminarUn beso
Graciela Licciardi
Hermoso poema, que da claves para seguir indagando en el misterio. Fluye armoniosamente, aunque su lectura sacude con fuerza. Excelente. Un abrazo. Adriana Maggio (Dirbi)
ResponderEliminarExcelente poema, ElISA. Un gran abrazo Isabel Llorca Bosco
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