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24/10/17

Poema de Carolina Zamudio




Arraigo

Quizá sea un roble
con aroma a eucaliptus
cuyas raíces son ramas
que tanto anclan un fondo
como rozan una cúpula.

Exilios ciertos
ni hazañas tengo
la casa es campo de batalla
el cuerpo es la casa.
Alma
espíritu y vacío habitan en ella.
A veces en el silencio humeante
que presagia los sueños
me paro ante mí y pido.

Casi siempre me obedezco.

Alguna vez quizá plante un árbol
ahí donde mueren las palabras.
Por ahora me conformo con ser durazno
y que su piel desgarres, hija de una tierra
que tanto me crece como me carcome
rama de un tronco que se deshilacha lerdo
fruto del fruto de una y otras ramas
que crecen desordenadas, profusas.
Jardinera del desarraigo
quizá
alguna vez yo misma plante ese árbol.


© Carolina Zamudio

1 comentario:

  1. Un magnífico poema, magia y simbología sobre el significado de los árboles, identificación con ellos, amor y dolor. El plantar un árbol "donde mueren las palabras" es una conciencia de ser en lo viviente
    Irene Marks

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