Palabra
Quema la entraña
con un dolor dulce y salvaje.
Se introduce en la piel,
me horada con cada sílaba perdida.
Y no sé si lo que arde
es una vigilia de seres fantasmales
o un deseo no consumado.
Me tiendo sobre el aire
y me arrojo a una intemperie
de gritos y susurros,
mujer extraviada en su propio envoltorio
mientras alrededor siguen su curso
la lluvia, el sol,
el mar que adivino
y una voz que me llama
más allá de mis límites.
© Beatriz Minichillo
Hola Beatriz: en tu poema se manifiesta una gran pasión por la palabra y un viaje mágico. También se advierte una gran entrega. Hermoso poema Irene Marks
ResponderEliminarMuchas gracias, Irene por tu interpretación de mi poema
ResponderEliminarUn abrazo
beatriz
Qué bello tu poema Beatriz querida !!! Un yo lírico que trasciende !!! Muchas gracias !!!
ResponderEliminarUn poema profundo y sensual
ResponderEliminarUn beso
Graciela Licciardi