Los altos muros
enrojecen con nuestra sangre.
Los caminos están cerrados
y el dolor anida en nuestro corazón.
¡Oh dioses poderosos!
La vida y la muerte
es vuestro don.
Un maguey vertical
apunta al cielo y no lo alcanza
Meztli se yergue en el silencio de la memoria
y en la frialdad de los páramos
un águila entierra la flor preciosa.
En la noche oscura del alma
la sombra de la muerte
recorre el camino de la entrega.
Un lívido ojo sangra
alimentando las hogueras
y los hijos del sol se preguntan
¿quién traerá el alba?
© Anny Guerrini
Hola Anny: precioso poema, pleno de simbología mexicana, que aluden a Eros y Thanatos, y también a la espera de "los hijos del sol" diezmados pero que aún conocen que alguien traerá el alba. Me pareció muy acorde con la situación de los pueblos originarios en todo nuestro continente y lo sentí mucho. Muy auténtico Irene Marks
ResponderEliminarLas aguas y el planeta, las tormentas y el amor. La serpiente… Hermoso.
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