Sin herraduras
Hoy el viento
soltó
TODOS SUS CABALLOS.
Como una lengua de fuego
se derramaron.
Contra
las casas
sobre los
techos
y las
ventanas.
Sus crines salvajes
arrasaron árboles.
Con cascos furiosos
pisotearon la intemperie
de la ciudad.
Entraron en tropel
en el corazón
apresurado,
y lo dejaron
como campo de batalla.
Con la cola al sesgo
y los dientes desnudos,
las yeguas
se insinuaron
a los semáforos.
Y los sementales
penetraron las calles.
Quedó un estropicio
de libertad desatada
y edificios temblorosos,
que bien podía parecer
una metáfora.
© Adriana Maggio
Sí una gran metáfora. Muy bueno
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Hola Adriana:
ResponderEliminarQué magnífica fuerza de naturaleza desatada en esos "Caballos". Imágenes magníficas que muestran lo insignificante de las construcciones humanas más orgullosas frente a la naturaleza, con todos sus caballos al galope. Y ese final tan revelador:"que bien podía parecer una metáfora". Me gustó muchísimo Irene Marks
Cuando el vigor de las imágenes se unen a un acertado manejo del lenguaje que desata sugerencias, nos encontramos frente a una alta poesía. Te felicito Adriana.
ResponderEliminarElisa Dejistani
MÀS ALLLÁ DE TODA METÁFORA,MÁS ALLÁ DE LA INTEMPERIE, EL POEMA MUESTRA CON CRECES Y CRINES EXTENDIDAS, LA GRAN POETA QUE HAY EN VOS
ResponderEliminarUn abrazo Isabel llorca Bosco
Adriana bello poema con una intensidad afable...
ResponderEliminarUn beso
Graciela Licciardi
ResponderEliminarBellísimo este poema desatado.
Un abrazo,
Alicia Márquez