No importa la altura. La sombra depende siempre de la
posición de la luz. El mediodía te convierte en una hormiga negra sobre el
piso; y el atardecer te hace crecer la melancolía sobre los hombros como gente
de circo, llegando hasta donde el horizonte no te deja ver. Y entonces llega la
hora en que prendés fuego la almohada para llorarle a la luna, cuando la
máquina que muele huesos se acerca y aumenta su volumen recorriendo alambrados.
La quemás con el fuego de la mirada cerrada, así, con ese peso inusitado de
cinco veces o más que a veces tiene la cabeza al hundirse. Y aunque dormido,
con ese gesto de no importarte nada en la boca, como si estuvieras muerto o
recién llegado, como si acabara de partirse la vida, estupefacto te preguntás
dónde está la tierra. Con ese rictus de incógnito tras un rostro moderado, aún
con pocas decisiones que tomar viendo las manchas lunares como si fueran aves o
diablos, te preguntás dónde está la tierra; lo que hay debajo de ella, eso que
hace nacer cielos caídos como infiernos. Ahí, donde está el sueño, donde los
ojos de las raíces son tus ojos y brotan lágrimas después de la lluvia. Dónde
están los barcos encallados, los pájaros que hacen nidos, dónde, el hueco
caliente de tu vientre venido de besos y visajes en el aire. Y si es que
necesarios aparecen los tuyos, tus ojos, con ese sesgo de fiereza que tienen
las cosas sorpresivas como avatares del espacio, queda afilar la mirada, igual
que frente a la impresión que causa un reventón de hortensias apiñadas detrás
de una verja, en el preciso momento de llorarle a la luna.
© Leonardo Vinci
Bienvenido Leonardo a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicado, abz, Gus.
ResponderEliminarQué buen texto! Me encantó. Será un placer leerte.
ResponderEliminarGracias Gus, hasta parece mejor texto puesto aquí. Gran abrazo.
ResponderEliminarLeonardo Vinci
qué belleza de texto, Dios mío!! susana zazzetti.
ResponderEliminar"reventón de hortensias apiñadas..."
ResponderEliminarBienvenido, Leonardo.
R.
www.revagliatti.com
El despertar como experiencia radical, como revelación. El texto lo recrea.
ResponderEliminarBienvenido Leonardo, gracias!!
Raquel Jaduszliwer
Es maravilloso, tiene la fluidez de pocas veces y el surgir o fluir continuo tan escaso.
ResponderEliminarHermoso.
Bienvenido Leonardo
El territorio de los sueños siempre me apasiona. bienvenido, Leonardo. Abrazo, Inés
ResponderEliminarMuy bueno tu texto!
ResponderEliminarBienvenido.
Abrazo
Elisabet
Parece mágica esta visión onírica y casi una remembranza del primer despertar a la vida.
ResponderEliminarFelicitaciones, Leonardo y un gran abrazo de bienvenida
María Rosa León
Gracias a todos por sus comentarios y por la cálida bienvenida. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarLeonardo Vinci.
Muy buen poema, con imágenes bien logradas.
ResponderEliminarUn abrazo y bienvenido Ana Romano.
Qué gran poema Leonardo..."ahí donde está el sueño, donde los ojos de las raíces son tus ojos y brotan lágrimas después de la lluvia..."
ResponderEliminarTiene fuerza,luz,la vida latiendo!
Un abrazo y bienvenido!
Montse Bertran
Bellísimo texto. Sembrado de frases poéticas y hermosas imágenes. Me gustó mucho. Bienvenido. Un abrazo. Adriana Maggio (Dirbi)
ResponderEliminarBellísimo y poderoso.
ResponderEliminarAbrazo.
Tana Pasquini-
Bienvenido, Leonardo.
ResponderEliminarHa sido un placer leerte.
Hasta la próxima
Betty