Poema de Walter Mondragón
ADMONICIÓN DE MELMOTH
No preguntes por mí
Que yo no estoy.
No soy;
No existe aquel que buscas
O intentas conocer
Ceniza de mis alas obtendrás,
Rastro en el humo,
Melmoth que huye en contravía
De su sombra
(perro fiel)
Testigo del horror
(del submundo)
En el que espera
Ese soy:
¿Quieres ser ese?
Si me quieres
¡Detente!
Búscame en el eco del rayo
En el airado viento o su retumbo,
En la huella sonora de la luz
(de otros días)
No en el rescoldo
(apenas sí)
Reviviscente al hálito
De quien insiste
(descabelladamente)
En preguntarme.
No insistas en su soplo;
No te aventures
(vuélvete)
Si te respondiera;
Enajenado de esta voz
Latente aún en el aire,
Ya no podrías resistirte;
El ansia obnubila el corazón:
No avances hacia mí
A palos de ciego;
No cruces ese límite
(de la penumbra)
No me descubras:
No tendrá fin tu errancia.
© Walter Mondragón
4 comentarios:
se lo extraña poeta. tremendo decir el suyo. susana zazzetti.
Excelencia en un versar contundente. Excelente!
BELLO, MUY BELLO POEMA CON VOZ DE MISTERIO Y SUSPENSO. HASTA PERMITE OPCIONES DE LECTURA.Un abrazo Isabel Llorca Bosco
Dicen que el que avisa no traiciona...
aplaudo el poema.
Saludos
Romina
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