Asidas como
en mortaja carnaval de penas blandas
Dedicado a
Santiago y Buenos Aires en primavera,
y a mi
jardín en otoño.
Suben
bajan
vuelan
solas.
Como el
rumor de las hojas
piensan
sudan
se
idolatran
caen.
Como el
dolor de las rosas
duelen
suenan
bailan
se
columpian
mientras
pasan
por la
ventana vacía
paladar de
penas rancias
Como el
sabor de las cosas
en el pasar
de las horas.
Añejadas
limpias
amargas
y ajenas.
Como el
hornero en la rama
solas
quietas
puras
ocres
taciturnas
caminantes
y muy
cálidas.
Como el
vapor del barbero
cuando
retiran el agua
suben
bajan
y encogidas
se
estremecen
como hace
el pasto en la parva.
En
bienvenida de agujas
y en penar
de penas blancas
bajan
caen
duermen
corren
ruedan
abrazan
pasan
se
avalanchan.
Como el
correr de la vida
danzan su
danza macabra:
los versos
que me has pedido
ya no
quedan en las ramas.
caen
corren
se
entrelazan
callan.
Como
manzanas maduras
que ves
podrirse en la zarza.
Fueron tu
guiño y
mi enojo
fueron tu
tiempo y
mi olvido
fueron
pero el
viento
las volvió
entre
esquivas
y
arrogantes.
Como sueños
agotados.
Cuando
soñadas
sus penas
fueron las
mías
y mis
ansias
sus
palabras
fueron
sus manos
aladas:
su sonrisa
fue mi
máscara.
Carnaval en
armonía
silencio de
penas blandas,
sonrisas de
las gaviotas
cuando se
lanzan al agua,
su murmullo
en mis palabras
festival de
penas blancas.
© Marta
Zabaleta
Que emoción verem publicada aqui, en CABA, y entre tanta gente reativa y solidaria. Muchaa gracias por tugenrosisdiad, desde el frio de Londres,,Gustavo.
ResponderEliminarMarta.
Precioso… música y canto; es, como un ritmo perfecto.
ResponderEliminarMuy hermoso.
Ritmo propio, personal.
ResponderEliminarMuy buen poema con un ritmo personal.
ResponderEliminarUn abrazo Ana Romano
Muchas gracias por tus palabras, Maria Sonia, tan cálidas. Abrazos.Marta
ResponderEliminarGracias, Silvia. Abrazos.
ResponderEliminarGracis por tu lectura, Ana Romano. Abrazos.Marta
ResponderEliminarHola Marta: ¡qué lindo leerte otra vez! Tu poema tiene un ritmo envolvente, no en vano lo llamaste Carnaval. Y aunque sea de penas, sin embargo, hay una enumeración de lo cálido, lo vivo, lo que el jardín da, y donde cada pétalo cobra importancia. Es una catarata de alegrías devenida en penas, de color devenido en blanco. Es la vida misma.
ResponderEliminarCon cariño Irene Marks
Como sabes, Irene, tu comentario es imporante para mií
ResponderEliminarY mirar a mi poema en otra uz, me encandila. Abrazos y muchas gracias, Marta