DE LA PLATA
Somos el río que invocaste, Heráclito. Somos el tiempo.
Jorge Luis Borges
Mi río pinta con la fuerza de la sangre embarrada
La subterránea indecencia de un dolor eterno
Saborea el ácido de una llaga en pentagramas de plata
Mientras silba su canción de contratiempos
Se viste de luto
De endurecido vuelo
Y en su garganta fermenta
La premura de una palabra ahogada
Sin traiciones
Pobre y de bolsillos fríos
Hunde el puño en la cicatriz que un pájaro suicida
Clavó en su superficie de perla falsa
Fluye como néctar agrio en su entrepierna de olvidos
Azul y ausente
Atormentado en la pesadilla de convertirse en hombre
Coagula pasiones y destierros
Se hace llamar río
Despierta de un Pampero
Su curso segrega un vino de maloliente espanto
Junto a la orilla de un pañuelo gris
Trepa un poema
Que reverbera en un grito de mordaza sucia
Fondo blanco
Cae al final
Se estrella
Ajusticia su despertar libertario
Llora su basura
Abraza un tango
sin tenerle miedo a las palabras.
© Esteban Charpentier
Gracias!
ResponderEliminarIntenso!!!!
ResponderEliminarGracias por ese rio tan vivo de imágenes.
Un abrazo
Claudia
ResponderEliminarEs un placer leerte Esteban. Gracias por la palabra florecida.
Lily Chavez
Este poema es una maravilla. Varios lazoa hos mueven a nuestro río y nos llenan de angustia. Cuando pase el mes, te ruego que lo pongas en mi grupo. Un abrazo Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarProfundo y gran poema, Estaban.
ResponderEliminarDoloroso, también.
Espantado, también.
Un abrazo,
Alicia Márquez
"Abraza a un tango
ResponderEliminarsin tenerle miedo a las palabras. Bello
flora levi
Hermoso poema poblado de imágenes sobre ese río que se desliza entre el dolor y la belleza.
ResponderEliminarUn abrazo Ana Romano