Demencia
Otra vez me pregunto por mis muertos.
Nada distingo en estas gotas de luna
solo un lamento una lluvia que suena en mis huesos.
Profundo océano de amarguras.
Me siento en medio de la nada
aplastada entre barrotes
en
estos pasillos de mi demencia.
Cuando agito mi lengua una voz sueña
captura la última
imagen
que adelgaza mi cordura.
Quizás debo desaparecer
decantar esta piel que duele
desdibujar huérfanas esperanzas
y militar el olvido.
© Cynthia Rascovsky
Excelente.
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ResponderEliminarBello poema, Cynthia. Doloroso, triste y también feroz.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Triste y bello.
ResponderEliminarCariños...Marta Rosa