Mami de agua que brilla en las ramas de los sauces
Eda Maria Nicola
mami de ojos vegetales
mami de soles y paciencia
la espesura de los pájaros
no me deja verte
el cielo es un atajo cubierto de zarzas
de nubes indisciplinadas
y necesito de piedras
que se conviertan en luz
necesito que estés en la noche del insomnio
en la madrugada que se rompe como un espejo
mami de almíbar
habito el rincón donde pelean un pez y un volcán
donde el tiempo se desangra y estalla
no sé dónde buscar un gajo de ternura
un poco de esa dulzura que solías guardar en tu cuerpo
mami de aire
necesito sentirte parte de mi respiración
que mi tallo se llene de savia.
que se muevan mis hojas
que me traigas el viento
sin el filo
sin el fogonazo que amenaza
sin el ladrido que no calla
© Liliana Chavez
Qué belleza triste y conmovedora. En estos días a 13 años de no haber sentido ni el beso en su frente fría, en su muerte que no vi. Tu poema me sacude como arbolito solitario bajo el azote del viento.
ResponderEliminarBesossss
Hermoso,fuerte... vacío y ausencia que nombran más allá de las palabras Abrazos
ResponderEliminarConmovedor poema que nutre como la savia y la sangre los momentos más gratos de la vida.
ResponderEliminarAnahí Duzevich Bezoz
Dan ganas de arroparte, Lili. Me fui de tu mano a esos sitios de la ausencia.
ResponderEliminarUn abrazo!
Claudia
...buscar un gajo de ternura... hermoso LiLy. Un abrazo!
ResponderEliminar" y siento más tu muerte que mi vida" diría hernández. y yo, lily, solamente te abrazo. susana zazzetti.
ResponderEliminarTernura a raudales y esos recuerdos "como nubes indisciplinadas" me traen otras brisas y agradezco tu poema, querida amiga.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Betty
Liliana, hermosísima obra. "el gajo de ternura"crece a medida que lo vamos leyendo. Felicitaciones y un gran beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarPrecioso, cuánta ternura !!!
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ResponderEliminarGracias por los comentarios, el decir libera nuestros recuerdos y nuestros dolores. Quienes escribimos lo sabemos. Un abrazo poetas!
Lily Chavez
Bellísimo! me estremeció hasta la última célula. Hace menos de un mes que perdí a mi mami.Un abrazo
ResponderEliminarGraciela Barbero
La ternura maternal y la necesidad de la presencia sensible de quien ya no está sino en palabras y recuerdo amoroso. Abrazo, Inés.
ResponderEliminarConmueve ese vacío que tan bien trasmites en la ausencia del ser amado
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