LA MADRE DIVORCIADA COSE EN LA MÁQUINA SINGER
bajo la galería guarnecida por el tamiz de la parra;
en su casa no hay retratos de Evita ni Perón;
y nadie la ha amado salvo
su hermano, jugador por cuenta de Dios;
un conciliábulo de fantasmas
chismorrea -en un
ángulo del patio –
y una joven muerta guarda silencio,
disimula las ganas de preguntar
a la divorciada cómo es tener marido.
© Eugenia Cabral
Impactante poema!
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Impresionante. De una profundidad muy tuya, Eugenia.
ResponderEliminarGracias por compartir
SEG