Mi padre movió su pierna derecha
la que marcó los pasos de su infancia
la que fue el motivo de sus ruegos
la que no debía moverse nunca
la que estaba fija desde su caída
la que simplemente se atrevía
a desafiar los límites del tiempo
el último acto de su historia
© David Sorbille
Brillante poema, David!!
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
David Sorbille dijo...
ResponderEliminarGracias, querido Gustavo, por la publicación de este poema tan especial para mí. Un abrazo
Es precioso el poema David, muy emotivo. No comento nunca, pero quería decírtelo por acá. Abz.
ResponderEliminarsí que es especial, poema e ilustración, un todo maravilloso. dignísimo. susana zazzetti.
ResponderEliminarMuy bello y emotivo;, David, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarBesossss
Poema que mantiene viva la memoria.
ResponderEliminarConmovedor, profundo, sincero. Brevedad y ternura. Me encantó. Gracias. Un beso grande. Adriana Maggio (Dirbi)
ResponderEliminarHermosa síntesis que me dejó sin palabras!
ResponderEliminarUn abrazo.
Tere Vaccaro.
Conmovedor. Saludos
ResponderEliminarAnahí Duzevich Bezoz
David, conmovedor poema, musical y profundo. Gracias.
ResponderEliminarSensible. ..
ResponderEliminarEmocionante, David, es la foto del hombre y su tiempo que sólo el poeta sabe tomar...
ResponderEliminarClaudio Simiz
Conmovedor y triste. Cariños, David! Marta
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ResponderEliminarEs un poema perfecto. Triste, de un profundo amor y absolutamente conmovedor.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Hermoso homenaje hecho poema.
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