Dragonblood
como dedos
que hieren a una luna
pálida indiferente de brutalidad vieja
señalan
como índices la sangre esclava
arrebatada
a la tierra en tu sabia carmesí
que
trajeron en barcos de velas negras
naves de
sudarios perdidos inexactos
en ningún tiempo se fueron
el hombre
no se aleja de su gloria
sólo se va
cuando agacha la cabeza
y los
dragonblood siempre testigos
como brazos
signados a la luna firmes
acarician
el paso de la noche que purga
la
existencia naciendo de la oscuridad
donde
anidan los pájaros mutiladores
insisten
sus estirpes no hacen prisioneros
no
esclavizan ni juzgan con su sombra
vierten en
roja vida el dolor de las penas
que los
hombres y sus despojos eternizan
© Carlos
Morteo
"VIERTEN EN ROJA VIDA EL COLOR DE LAS PENAS" COMO ME GUSTA TU DECIR POÉTICO!
ResponderEliminarEl hombre no se aleja de su gloria/ se va cuando agacha la cabeza. Muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo Graciela Barbero