Poseo un movimiento perecedero.
La idea del movimiento imperecedero bajo los párpados que
mis ancestros levantaron página a página.
Los restos de un gran amor es apenas unas palabras confusas
que no hablan, sino que emiten una confusa serie de signos guturales sin luz.
No hablan ni perduran. Buscan perderse en la marea que
olvida.
La inmensa verdad de todas las verdades suele acompañar a
las damas que planean su belleza con alas de seda, sobre el pedestal destruido
del amor.
La inmensidad no se planifica. Lo que nació brevedad no
llega a ser desierto de semillas en frotación.
© Víctor Hugo Valledor
LA INMENSIDAD NO SE PLANIFICA, PERO DE UN MODO HA CONSTRUÍDO EL POEMA , UN SALUDO DE MARIA LUISA MARQUEZ
ResponderEliminarEstán sus palabras cargadas de silencio, algo muy parecido a la nada, al no ser...
ResponderEliminarLo saludo.
Me asombrás en cada poema, en cada relato. Gracias Víctor!
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