Te buscan la mirada
y el aguijón te atraviesa la pupila
pero no lo ves.
Hurgan con palabras inquietantes
tus entrañas henchidas y satisfechas
pero no lo sientes.
Contaminan con aliento a miseria
el aire que respiras
pero no lo hueles.
Son cientos, miles, millones
llegan solos o en bandada.
Para muchos
los innombrables
insaciables
inmorales.
Para el resto
los invisibles.
© Cristina Gauta
BUENÍSIMO, CRIS, ADHIERO A TUS BELLO POEMA, QUE CASI ES UN CUADRO DE COSTUMBRE. FELICITACIONES! SUSANA ZAZZETTI.
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