Viaja la mirada.
Amanece y otra vez el descuido
sin darnos tregua
nos sorprende.
Palabras en bocas glotonas
con promesas que se diluyen
cuando hoy
hay una menos.
Alzan parcantas algunos machos cabríos
se embanderan entre los que decimos Basta.
Cierta tilinguería merodea
bajo mudez
porque no rozaron su ombligo
o repiten frasecitas
simias
qué si la falda era corta
el escote profundo
buscona
adicta
tatuada
Qué si su barrio
color de piel
mala junta
familia
deshora.
Nada y todo alcanza
para los que miran
de reojito.
La niña, la puta, la loca, la que la madre la parió
ya no está
porque el lobo feroz
sí, está.
Queda la protesta en un cielo encriptado
donde el aullido se eleva
para que el miedo no atrape
Y gritar
señalar
volver a gritar
hasta acallar
los discursos de la chusma
vestida de comadrona.
Entonces
mirarse en el espejo
y gritar
señalar
volver a gritar
hasta acallar
los pasos almidonados.
© Aly Corrado Mélin
ResponderEliminarDoloroso poema. Tan doloroso como lo que morimos diariamente.
Te abrazo,
Alicia Márquez
Muy buenoa Aly! Carlos
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