Eco
A los
niños de Gaza
que ya no están.
Un ruiseñor canta
en eco helado del alba.
Único eco
cuando un niño muere
en brazos del ángel
equivocado
con la medalla del absurdo
colgada al pecho
y en los labios resecos
el himno de la paz.
La tierra lo recibe
a corazón abierto
como a un héroe
robado a la vida
y escupe lava
para soportar
tanta violencia.
Un silencio sin mordaza
se escurre hacia adentro
después de beberse
todo lo llorado.
¡Oh! Turba exhausta
sin nada en las manos
concédeme el consuelo
concédeme el consuelo
concédeme el consuelo.
© Sandra Gudiño
Concédenos consuelo
ResponderEliminarConcédenos consuelo
Concédenos consuelo!!!
Besossss
un bello y doloroso poeta Sandrita, muy bello.
ResponderEliminarclé
ojalá nunca tuviésemos que rogar tanto por estos hechos que significan vidas inocentes...Ojalá de nuestros labios poetas salgan solamente flores de esperanza..Mientras, me contagio de tu dolor...y ruego...
ResponderEliminarTremendo! Concedenos consuelo! Un abrazo Graciela Barbero
ResponderEliminarUn poema impactante. Ojalá llegue el consuelo
ResponderEliminarUn abrazo Ana Eomano.