No sé si eras la niña
con un pájaro que ví una mañana
en el puerto
descalza y con ropas raídas ofreciendo la avecilla mustia en
su jaula de alambre
No sé si eras la joven del violoncello, en Esmirna, y su
sombrero de fieltro
recogiendo monedas brillantes que tenían la efigie de un
general
No sé si eras la mujer de rostro estragado que vendía chales
de seda
entre las mesas de un café y se oía un tango y era Buenos
Aires y algunos
compraban la delicada textura, suave como una niebla y entregaban
billetes
ajados que guardabas en el pecho
No sé si eras la mendiga de piernas varicosas en las escalinatas de la
Iglesia del Socorro y el tarrito de metal donde algún
transeunte desprevenido
dejaba caer una monedas.
Pero sí sé que eras la mujer alta de aros de perlas y brillantes
que caminaba envuelta en una especie de capa y se me acercó
en la esquina
de una calle sombría para preguntarme, suavemente, si me
interesaba comprar dos días
más de vida.
© Edna Pozzi
Magnífico.
ResponderEliminarEXCELENTE EDNA COMO SIEMPRE UN DESPLIEGUE GENIAL A TU ALTURA
ResponderEliminarMe encantó, sobre todo el sorpresivo final. Muchas gracias
ResponderEliminarBravo!!! subyugante!! gracias.
ResponderEliminarBellisimo. Subyugante
ResponderEliminarMaria Cristina Fervier
una de las poetas que me despierta todo los sentimientos imaginables. MAESTRA. susana zazzetti.
ResponderEliminarMUY BUENO.
ResponderEliminarSALUDOS
ANAHÍ D.BEZOZ
Impresionante, hermoso poema. Felicitaciones
ResponderEliminarHermoso poema!Gracias!
ResponderEliminarEdna seduce con sus palabras y Gus elige la ilustración que completa la magia del poema.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Betty Badaui
Misterioso y bello
ResponderEliminarMaravilloso y ¡GRANDE!
ResponderEliminarEdna vivirá en su poesía eternamente!!
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