IRREVERENCIA
Tengo la voluntad y la esperanza,
arremeto con ansias la impostura
que aborda
la mentira,
esa, que nos demuele el alma.
Tanta ira que arrecia
tanta ignorancia suelta a flor de piel,
tanta
brutalidad envilecida.
Y el alma relegada al silencio,
la bondad,
postrada ante
el desprecio
sobre el amor, la vida, la consciencia.
Está llorando el corazón del mundo,
sonríen sus falsos salvadores
príncipes del oprobio y la soberbia,
seguidores del mal en propio beneficio.
Si se arrasa la Tierra
ya nadie será
salvo,
caerá la soledad
como una
muda lápida.
© Antonio Cristóbal Pourrere
Poema inmenso y solidario.
ResponderEliminarCuando aparece la soberbia, ya nada será lo mismo. Caerá la careta, la lápida espera.
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