Perdón
intentando musas aleatorias en el confín del baldío
ni las suaves ardillas de tu pelo arrojarán amnesia,
cementerio de un nombre, allá...
donde los huérfanos sufren el carruaje de la espera.
¿cuándo prescribe la arrogancia de los besos?
mientras tanto me columpio en cicatrices.
perdónanos Señor por el escaso arte
que supimos concebir con nuestros cuerpos.
© Víctor Marcelo Clementi
ResponderEliminarEste poema súper expresivo me parece muy original Victor, recuerda un poco lo surreal también.
Gracias
Walter Mondragón
Me sedujo este interrogante ; "¿cuándo prescribe la arrogancia de los besos?"
ResponderEliminarMuy buen poema
Susana Giraudo
Un poema lírico y fuerte a la vez<. buenísimo, Vittorio.
ResponderEliminarsusana rozas