RESPIRACIÓN
Me asombra todavía el viejo patio adamantino
negro sobre blanco y apenas un verde de bosques
y los opuestos la energía y la paciencia
y las señales que deslumbran
en la tímida plegaria
que besa la noche y canta al conjurar el miedo.
Allí correteando y sin darme cuenta
aprendí la dignidad la rebeldía
los significados de las voces
y los sueños pendientes de ser soñados.
Leía y escribía que el caos está dentro del cosmos
que cada lengua es un matiz
que no existe el hombre sin lenguaje
y no hay lenguaje sin el hombre
que todo habla de uno
y todo nos habla
que saber nos hace responsables
y que las lenguas devastadas por la dominación
y el universo
mueren lentamente.
Leía que dicen que ser es tener
y tener es pertenecer
porque el verbo expresa el devenir
y el hombre hace a la lengua
y la lengua hace al hombre.
Allí en aquella curvilínea estría de tensión inmóvil
en la incertidumbre permanente
de cuando las primeras palabras fueron
yo leía a Cocteau que decía que el poeta
es una mentira que dice siempre la verdad
yo leía a Gamoneda que decía que
la belleza no es un lugar donde van a parar los cobardes
yo leía a Sacks que decía que
la memoria es un palimpsesto.
En la eternidad de este instante de atardecer deshuesado
entre el comienzo de la oscuridad y los destellos
en rincones inesperados de materia prima
el poema sigue respirándome en la nuca
dialogándome en la memoria.
© Sandra Pien
Frondosas imágenes.
ResponderEliminarMuy buenos versos, condensación, imágenes y dinamismo
ResponderEliminarGraciela Licciardi
Belíssimo poema de Sandra Pien.
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